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La limpia
Finalizada la trilla se juntaban el grano y la paja en montones alargados que denominábamos "parvas". Para reunir la parva se utilizan, junto con algún apero específico (tornadera, aparvadero...) una serie de piezas polivalentes como las horcas, palas, rastras y rastrillos.
Una vez finalizada la trilla, se procedía a juntar lo trillado en montones alargados que denominábamos parvas. Se juntaban con una determinada orientación, en función de donde se pensaba venía más y mejor aire (solano o gallego; de abajo o de arriba). Primero se marcaba, mediante carriles con la pala, en el centro, la base de lo que sería la parva -una especie de una base de un prisma- para a continuación bien con la cambiza tirada por animales y sujetado por personas, bien con bienda y rastros, proceder a recoger la parva para esperar un buen aire. Había también un proceso de encalcar la parva para que cuando se iniciara la limpia, las personas que intervenían, no se hundieran. Normalmente éramos los chavales los encargados de realizar esta jera.
Básicamente: El biendo o bieldo; instrumento parecido a una horca pero más plana de seis dientes encajados en una madera y un mango largo. Se utilizaba, logicamente, para lanzar la mies al viento. La pala; instrumento de una pieza en la que la parte inferior es una pala terminada en pico y un poco curvada y en la superior un mango. Se usaba para manipular el grano; fundamentalmente para mover el peje y formar el muelo. El baleo; una especie de escoba elaborada a principios del verano. Se usaba para barrer, logicamente, y para abaliar el peje. La tornadera, instrumento especie de horca con 4 puntas y que se utilizaba básicamente para amontonar la paja en el medero
Al principio sólo podía participar una persona o dos máximo (uno por cada lado) para cuando se avanzaba en la limpia, unirse el resto de la familia o vecinos que ayudaban. Conforme se avanza en la limpia, en el lado de la parva en la que se deposita el grano se va creando lo que se denomina peje y la paja se va acumulando en montones, paralelos a la parva y que denominábamos mederos. También se depositaban en el peje por su peso, las granzas. No eran, ni más ni menos, que las espigas mal trilladas, tallos de malas hierbas o nudos de los tallos de la mies que se iban acumulando en el peje. La retirada de las granzas del peje era lo lo que se llamaba abaliar; tarea esta que, normalmente realizaban las mujeres con los famosos baleos confeccionados al inicio de las labores de la era. Las granzas se acumulaban en montones a ambos lados del peje. Como en el proceso de "limpiar el peje" se arrastraba también grano, periodicamente se procedía a zarandar las granzas con la zaranda . En este proceso, y dado que la zaranda tenía los agujeros lo suficientemente grandes, caía el grano para el peje y el resto se tiraba en el montón de granzas que toda parva tenía. Las granzas se usaban como alimento, para el invierno, de los burros o mulos dado que eran capaces de buscar las espigas mal trilladas.
Conforme avanzaba la limpia, aparecía más grano en el peje y se empezaba a ver el fruto dell trabajo realizado a lo largo del todo el año. Como la limpia dependía del capricho del viento, en algunas ocasiones la parva quedaba "empatada"; es decir empezada y sin terminar de limpiar a la espera de que viniera viento suficiente del lado que estaba empezada. Otras veces, si la limpia no estaba muy avanzada, se cambiaba de aire.
Normalmente el muelo se hacía en el centro del peje por economía del esfuerzo. Con las palas, se procedía a arrastrar el grano desde el centro del peje para que circulara con mayor fluidez. Normalmente el padre de la familia volviar a elevar el grano hacia el muelo para limpiarlo de las últimas impurezas: la muña. Poco a poco el muelo iba creciendo y con él las ilusiones de una buena cosecha. Cuando se terminaba de formar el muelo, se ponían las palas en el vértice del cono. Era el final féliz y el fruto de tanto trabajo realizado a lo largo de todo el verano y de todo el año.
Con los primeros adelantos llegaron las máquinas de limpiar, las primeras eran de madera y significaron la avanzadilla de la mecanización que produciría cambios tan radicales en la labor.
Con el tiempo las limpiadoras incorporaron un motor de gasolina y unas correas que sustituían la manivela. Enseguida llegarían los tractores, segadoras, trilladoras y cosechadoras, pero eso ya es otro cantar.
© José Manuel Molinero para www.fresnodesayago.com . Esta página se ve mejor con I.E.; resolución 1024x768 Mapa de la web | Enlaces relacionados | Esta página web | Sobre el autor | Contacto | |
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